Óleo sobre lienzo. 90 x 100 cm.
1955. Colección particular. Murcia.
“…dos colores principales penetran definidores en nuestra retina. El
primero es un inspirado color granate con el que el pintor pretende hacernos
ver la tierra que sangra al derrumbarse herida por el mar…
En segundo lugar hay un azul en
estudiada graduación.
Fijémonos, despacio en el azul
del mar del primer término…Nos parece percibir su sonido adormecedor. En la
lejanía este azul se va haciendo más marino y adensa su color al hundirse.
…Con estos mil pequeños
detalles compone el pintor esta seductora pintura, enmarcada en el tiempo,
donde todo lo decide el color. Con calculados tonos valientes construye el
maestro la acción pictórica.
En la guerra de la vieja Torre
y los corsarios vence el pintor. A los antiguos hechos guerreros opone el
pintor la mansa belleza de sus sabios pinceles.”
Antonio Almela Lacárcel, (1936-
). “Los cuadros de mi padre”, 2008. Tres Fronteras Ediciones.
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